Se acercaba la hora y El Campas empezó a llenarse aún más, de gente con ganas de vivir una auténtica fiesta del fútbol. Uno de los centros neurálgicos fueron los alrededores de El Mestalla que a medio día era ya un hervidero.
Cientos de seguidores llenan nuestro local con cánticos de apoyo y banderas rojiblancas a los jugadores del Athletic.